Muchas veces debido al estrés, al desconocimiento, a las prisas, no conseguimos el resultado que deseamos tras la ducha, ya sea por culpa de la limpieza o la hidratación de nuestra piel. Tomar un baño perfecto para nuestro cuerpo está en nuestras manos, por eso te damos estos 10 consejos para que saques el máximo partido a este momento.
- Si quieres empezar el día con energía y vitalidad, tu ducha ideal es por la mañana. Si prefieres favorecer tu descanso y buen sueño, deberás dejar la ducha para la noche. Según lo que te pida el cuerpo deberás adaptar tus duchas.
- Los productos hipoalergénicos serán tus grandes aliados durante el baño; utiliza geles suaves que limpien y refuercen la barrera protectora cutánea que perdemos al ducharnos.
- La ducha no debe sobrepasar los 10 minutos, además del derroche masivo que hacemos del agua, la piel puede resecarse y sufrir una pérdida de protección.
- Coloca alguna vela aromática, pon tu música favorita… haz que ese rato sea un auténtico momento de desconexión y relájate.
- El agua debe estar templada, lo más cercana a la temperatura corporal posible. El agua muy caliente elimina parte de la barrera protectora que tenemos y dañamos las defensas naturales de la piel.
- Lo ideal es que utilices un gel específico para la cara y otro para el cuerpo, recuerda que la piel de nuestro rostro es mucho más sensible y por tanto requiere otras necesidades, cuida tu rostro también en la ducha y lo notarás.
- Para enjabonarte puedes usar la mano o una esponja suave, si tienes la piel muy sensible evita esponjas exfoliantes ya que son demasiado agresivas. Relájate y enjabona tu cuerpo, toma ese momento para ti y disfrútalo.
- Hablábamos antes de la temperatura del agua, es cierto que debe ser templada, pero si queremos favorecer la relajación y además favorecer la circulación sanguínea, podemos empezar por agua más caliente, que produce efecto sedante e ir bajando paulatinamente hasta pasar a más fría con la que estimulamos y eliminamos cansancio tanto psíquico como físico así como la circulación.
- Termina tu ducha con una buena hidratación, una crema hidratante aplicada tras el baño hará que tu piel no se seque y permanezca bien suave y joven. Si eres muy perezoso/a puedes usar cremas que se usan bajo la ducha, sea como sea utilízalas y ¡notarás el cambio!
- Para terminar tu baño, usa toallas de rizo, que absorben mejor el agua y seca tu cuerpo suavemente sin frotar en exceso.
Desde Hidroglass aconsejamos que te tomes tu tiempo y emplees un rato cada día para cuidarte. Eso sí, recuerda no excederte en el gasto de agua, está en mano de todos.
¡Feliz ducha! 🙂